Hubo un tiempo en el que
cada evento literario era un acontecimiento importantísimo que
merecía su propia entrada en este blog, un relato al que llamaba
No-Crónica llena de fotos y de agradecimientos. Pero el año pasado
no hubo eventos, y casi no hubo entradas, porque no había novedades
que compartir y las (pocas) veces que me senté a teclear fue para mí
misma (ya sabes, mi necesidad de volver a escribir era más
importante que la necesidad de comunicarme). Así, como el que ha
perdido una buena costumbre por falta de continuidad, este año he
dejado pasar la primera presentación sin venir a colgar fotos ni
escribir una No-Crónica. Y no porque no fuera un acontecimiento
importante para mí, pues cada reunión de escritores en la que
participo, cada reencuentro con amigos, cada abrazo y cada charla
sobre proyectos y el mundillo literario es un chute de energía que
me recuerda por qué sigo empeñada en vencer en esa lucha interna
que me traigo entre manos y por qué rendirse no es una opción, y me
motiva y me ayuda a volver a sentarme delante del ordenador y a
seguir haciendo crecer esas historias que dan vueltas dentro de mi
cabeza y que no toman forma hasta que las dejo salir a través del
teclado.
Bien, nadie va a hacerlo
por mí, y mejor tarde que nunca. Aprovechando que ayer participé en
otra presentación y que todavía me duran los efectos del chute
energético, voy a colgar un par de foticos, a modo de homenaje y de
agradecimiento, y sobre todo de recordatorio, para cuando vuelvan
esos días en los que la realidad y la rutina me hacen pensar que soy
un fraude cuando digo que soy escritora, dado que escribo muy poco y
sigo sin publicar nada. La verdad, lo de publicar no es que me quite
el sueño, pero ya estoy cansada se seguir poniéndome excusas para
no escribir.
En marzo, aprovechando
que estaba de vacaciones en el trabajo, pude viajar a Barcelona para
participar en la presentación de la antología Aquel Extraño
Hombre Alto de Ivan RuSo, publicada por la editorial Palabras de
Agua (y cuyo enlace de compra encontrarás en el banner que tengo
puesto en el lado derecho del blog). No voy a hacer una No-Crónica,
sólo te diré que fue una tarde estupenda en compañía de amigos y
compañeros de letras, que lo pasamos muy bien y que firmamos muchos
ejemplares. La foto para el recuerdo:
Presentando junto a Antonio Sánchez Vázquez, Juan de Dios Garduño, Iván Ruso, Ana Coto y Miguel Chamizo |
La de ayer fue la
presentación de la antología MIERDA, publicada por Apache
Libros (enlace de compra también en el banner de la derecha) en la
Feria del Libro de Huesca. Ya que me perdí la primera presentación
en Zaragoza (que, por cierto, fue un exitazo de público y de
ventas), porque se hizo un sábado (el día 22 de abril) y no pude
asistir, aproveché que en esta ocasión el evento tenía lugar en
domingo (y que Athman M. Charles y su familia me invitaron a
acompañarlos en su coche) y fui a dar esos abrazos guardados durante
tanto tiempo, abrazos que me llenan de energía y que me ayudan a
volver a escribir. La foto para el recuerdo:
Presentando junto a Daviz Rozas, Athman M. Charles, Ana Vivancos, Roberto Malo, Teresa Palomo y Rosa Vidal |
No sé si voy a poder
asistir a más eventos este año, pero sí sé que pronto tendré una
nueva noticia que venir a compartir contigo. Sí, ya sé que lo de
los relatos desperdigados por aquí y por allá no te hace tanta
ilusión como la idea de una novela sólo mía publicada, pero estoy
pensando en reunirlos todos y hacer un libro con ellos, y para eso
tienen que ver la luz las últimas antologías que faltan. Así que
espero que te alegres cuando salga la siguiente, porque eso
significará que ya falta menos para que ese libro de relatos sólo
míos sea una realidad.
Y ahora me voy a ver si
esa energía me ayuda a seguir haciendo crecer alguna de las
historias que tengo inacabadas. En marzo prometí que este año
terminaba una novela. Y ya sabes que suelo cumplir los retos...
aunque lo haga el último día del plazo marcado, je.