martes, 6 de junio de 2017

TIEMPO PRESTADO

A veces, uno se pone a pensar en su vida (en lo que hace, en lo que le gustaría hacer, en lo que no se atreve a hacer; en lo que le rodea, en la gente que se empeña en ponerle las cosas difíciles, en la rutina asfixiante y desmotivadora; en lo que tiene, en lo que perdió, en lo que desea, en aquello en lo que ya no cree) y se deprime por cosas que en realidad no tienen tanta importancia. Porque, sabes, en la vida hay momentos buenos (que nos parecen muy pocos) y momentos malos (que se nos antojan demasiados), pero ninguna etapa dura eternamente. En tu vida personal, en la laboral, en la sentimental, siempre hay altibajos, y lo único que puede hacer que lo bueno pese más que lo malo es tu actitud. Si eliges rendirte y permites que el entorno te devore, que una situación te hunda, que la desesperanza te haga olvidar tus sueños y tus metas, estarás desaprovechando el tiempo que se te ha concedido, y bien saben los dioses que es limitado. Una enfermedad, un accidente, un ataque terrorista, un apocalipsis... desde lo más cotidiano hasta lo más inverosímil puede sobrevenir en cualquier momento y acabar con tu vida. Y, entonces, ¿qué? ¿Te lamentarás por todas las cosas que no hiciste, por todos los sueños que no cumpliste, por todos los abrazos que no diste, por cada oportunidad perdida? Cuando te amargas por tonterías, cuando te deprimes por culpa de una situación que, como todo en esta vida, tiene fecha de caducidad, cuando te rayas y en lugar de buscar motivos para seguir adelante te dedicas a encontrar excusas para no hacerlo, estás malgastando un tiempo precioso que no vas a poder recuperar. Porque, no te engañes, vas a morir, ese es el final del viaje para todos. A unos les llega antes, a otros después, pero a todos les llega el momento. Y ¿sabes lo peor de tener que morir? Que la Muerte te alcance sin que hayas vivido.

Hoy quiero utilizar este reflexión a modo de recordatorio (para ti, pero sobre todo para mí misma), y también como introducción a lo que vengo a mostrarte. A regalarte, más bien. ¿Recuerdas que hace unos días te dije que pronto habría novedades literarias? Bien, me refería a esta antología, la onceava en la que participo con un relato, la tercera que ve la luz este año. Ha tardado, pero al fin puedo decir, una vez más, que lo hicimos, que lo hice, y tenerla ya en mi Kindle, poder leerla en formato digital (después de haberla tenido en mi carpeta de textos para corregir sin las ilustraciones que ahora la acompañan) me llena de orgullo y no sólo me satisface, también me recuerda que el trabajo, la perseverancia, el deseo, la fe y las ganas son las únicas armas que necesitamos para vencer a la desesperanza, al miedo, a la desmotivación y a los monstruos que, con demasiada frecuencia, nos empujan a rendirnos y a morir antes de tiempo.

Hablemos de perseverancia, de ganas, de trabajo y de fe. Hace unos tres años, recibí una propuesta por parte de Sergio Fernández, un compañero de letras con el que había coincidido en Vampiralia. Sergio había decidido abrir su propia editorial, y su plan era estrenarla con una novela y una antología al mismo tiempo. Necesitaba un corrector, así que me propuso que corrigiera para él. Pagándome, por supuesto. Ya conoces mi máxima: si entre compañeros nos ayudamos, llegaremos más lejos. Así que acepté corregir sin cobrar. Y entré en el grupo de la antología. Como correctora, pero también como autora, si aceptaba el reto. Y ya sabes que no sé decir que no a un reto. La idea era escribir sobre gente que hubiera sobrevivido al fin del mundo. No sobre el modo en que acababa el mundo en sí, que de eso ya había muchos relatos por ahí, sino sobre los supervivientes, sobre qué tipo de civilizaciones surgirían tras un apocalipsis, sobre qué haría la gente que, tras haber superado su fecha de caducidad y haber vivido para contarlo, se encontrara de pronto viviendo un tiempo prestado. En el grupo había muchos compañeros de antologías, muchos buenos autores, muchos estilos diferentes. La calidad estaba asegurada, y pronto se demostró que también la originalidad. Y a mí me salió un relato, MOROI, una historia sobre monstruos que viven bajo tierra inspirada en La Máquina del Tiempo de H. G. Wells. Luego llegaron las ilustraciones, maravillosas, ya te lo digo, un trabajo fantástico. En pocos meses la antología estaba lista para ser publicada.

Pero... claro, la vida no es justa, ni fácil, y parece que siempre nos esté poniendo a prueba. Por motivos personales, Sergio no puedo llevar a cabo su propósito y la editorial en la que estaba trabajando nunca llegó a nacer. Así que el proyecto tuvo que cambiar de rumbo. Sabes, no era cuestión de tirar la toalla tan pronto. Sergio, como coordinador de la antología, se dedicó a buscarle editorial, y el grupo de escritores e ilustradores le apoyó en todo momento a lo largo de estos tres años. Sí, la vida nos pone a prueba, y en ocasiones saca lo mejor de nosotros. Puedo decir con orgullo que hemos tenido un coordinador estupendo y unos compañeros maravillosos y pacientes que jamás perdieron la fe ni en él ni en el proyecto.

A estas alturas de mi vida, y después de haber participado en una docena de antologías, no me sorprende que resulte tan difícil publicar una. Parece que el mercado está saturado, o que los editores y los lectores están aburridos de las recopilaciones de relatos de varios autores. Hubo conversaciones, varias negativas, algún casi, y por fin la decisión unánime de hacerlo nosotros mismos, pues tanto los relatos como las ilustraciones que los acompañan merecían ver la luz. Y de este modo, con la magnífica portada de Marco Gómez (quien hizo la ilustración para mi relato, añado con agradecimiento y orgullo), un prólogo escrito por Víctor Blázquez y tras un genial trabajo de maquetación por parte de Israel Alonso, Sergio subió TIEMPO PRESTADO. 20 relatos para después del fin del mundo, a la plataforma digital Lektu, desde donde te la puedes descargar de forma gratuita.


“Tiempo Prestado” es una antología de temática postapocaliptica, coordinada por Sergio Fernández, en la que tienen cabida géneros tan diversos como el terror, la fantasía o la ciencia ficción, donde la calidad narrativa de cada uno de sus autores brilla con luz propia, y los nombres de los mismos hablan por sí solos.
La antología se compone de un prólogo firmado por Víctor Blázquez, autor de la exitosa trilogía de temática zombi “El cuarto jinete”, publicada por Dolmen, entre otras obras de fuerte repercusión en el panorama nacional, y veinte relatos, acompañados todos por una ilustración personalizada.
Cada uno de estos relatos toca la temática postapocaliptica bajo el prisma personal de sus autores, destacando todos ellos por su originalidad y calidad narrativa. Si bien todos son muy diferentes entre sí, consiguen dotar al conjunto de la compilación de una consistencia y homogeneidad más que destacable, aunque no por ello repetitiva ni monótona.
Mención aparte merece el apartado de ilustraciones, que reflejan a la perfección la esencia de su correspondiente cuento. Los seis artistas han sabido dotar a cada una de sus obras de una calidad y un nivel difícilmente alcanzable en ninguna otra antología del panorama nacional.
“Tiempo Prestado” es muchos mundos diferentes comprimidos en uno solo, en los que el denominador común es la supervivencia en condiciones adversas, aderezado con altas dosis de terror, ciencia ficción, aventuras y fantasía.
Autores: Israel Alonso, Rain Cross, José Manuel Durán Martínez, Pablo García Naranjo, Moi Gascón, Marco Gómez, J. C. Ibarz, Tony Jiménez, Kiko Labiano, Daniel Lanza, Carlos J. Lluch, Bea Magaña, Javier Martos, Montiel de Arnáiz, Francisco José Palacios, Toni R. Pons, Lorena Raven, Daniel Rubio, Antonio Sánchez Vázquez, Beatriz T. Sánchez.
Ilustradores: Cecilia G.F., Marco Gómez, Juan Alberto Hernández, Daniel Medina, David Rendo, Nur Zaragoza.
Disponible en la plataforma digital Lektu, en formatos epub y mobi, y totalmente gratuita. Pincha en el enlace para descargarla.

Y tras esta noticia, permite que te dé un consejo: estás viviendo un tiempo prestado; procura aprovecharlo. ;)