Vivimos días confusos y
complicados en los que palabras y expresiones como virus,
infectados, estado de alarma, cuarentena o
pandemia mundial han dejado de ser exclusivas de las historias
de terror que a muchos nos encanta leer. Encerrados en nuestras casas
como medida de prevención, confinados en un intento de frenar el
número de contagios, viendo en las noticias y a través de nuestras
ventanas los efectos demoledores de un virus que se ha extendido por
todo el planeta. Asustados por el presente, preocupados por el
futuro, agobiados, luchando contra la ansiedad y la desesperanza.
Ahí
fuera hay muchos héroes sin capa luchando contra el puto CoVid19,
dándolo todo día tras día para que al resto no nos falten los
servicios básicos, velando por nuestra seguridad. Dentro, sin
embargo, hay muchos otros que están aportando su granito de arena
para hacer que esta crisis sea lo más llevadera posible. Personas
que, sin pretender ser héroes, están compartiendo sus capacidades y
su talento para hacernos la cuarentena más amena: artistas que
comparten su trabajo en las redes, escritores que ofrecen sus novelas
en descarga gratuita, incluso fabricantes de memes divertidos que nos
sacan una sonrisa o nos provocan una carcajada; y es que sin la risa,
sin la música, sin las historias que nos evaden de la
realidad durante un rato, sin el arte en general, ¿cómo
dejaríamos de pensar en los hospitales colapsados, en las ciudades
vacías, en los cientos de miles de infectados, en los miles de
muertos, en el trabajo que no sabemos si recuperaremos cuando todo
termine, en las facturas que no podremos pagar si no volvemos a
trabajar, en los amigos que no sabemos si volveremos a ver?
Puede que el arte no vaya
a salvar vidas, pero creo que Ray Bradbury tenía mucha razón cuando
dijo que «Hay que inyectarse cada día de fantasía para no morir
de realidad». No me malinterpretes: no estoy cerrando los ojos a
esa realidad, no pretendo frivolizar con el sufrimiento al cual no
soy inmune, tampoco obviar la gravedad de la situación en la que nos
encontramos. Soy medio dragón pero tengo sentimientos, añoro la
libertad tanto como tú y me angustia no saber qué va a pasar
mañana. Pero estás aquí por dos motivos: te gusta leer y sabes a
qué me dedico cuando me quito el uniforme y me siento frente al
teclado. Así que vamos a desconectar un poco de las preocupaciones
antes de que estas acaben con nuestra cordura y con nuestra
esperanza.
El relato que vengo a
presentarte forma parte de un proyecto llamado The Edge of
Souls-Red Succubus, a cargo de ThedezStudio, que lleva meses
cosechando lecturas y mecenas en Patreon*. Resumiendo mucho diré que
se trata de un relato ilustrado que narra las aventuras de Lilim, una
súcubo muy sexy y bastante pendenciera, en un mundo hostil de
fantasía. Para saber más, visita la página de Facebook (enlace aquí).
En esta primera
temporada, varios escritores nos hemos reunido para narrar las
aventuras de Lilim a modo de introducción antes de la aventura
principal. No es una historia escrita a varias manos y tampoco es
lineal, sino que cada autor narra una aventura independiente dentro
de (eso sí) un marco temporal y geográfico determinado. A través
de esos, digamos, capítulos breves vamos conociendo un poco más
tanto a Lilim como el mundo en el que se mueve. Cada relato va
acompañado de una ilustración que tiene tres versiones, a saber:
normal, desnudos parciales y desnudo completo. El autor de las
ilustraciones es mi querido Dani Expósito**, y fue él quien
me reclutó para formar parte de este proyecto.
Mi relato se titula La
horma de mi zapato (enlace aquí) y no te voy a contar de qué va
porque quiero que lo leas, pero sí te diré que es una mezcla de mis
dos estilos (el elegante y el casi irreverente), que tiene mucho
humor negro, bastante de erotismo y un poco de mi propia obsesión
(je). En cuanto a la ilustración que lo acompaña, te lo diré con
mis dos etilos: es una maravilla y ¡¡¡¡¡una puta pasadaaaaa!!!!!
Espero que lo disfrutes y
que te haga olvidarte por un rato de las preocupaciones***.
*Patreon es una
plataforma de micromecenazgo para proyectos creativos. Para que me
entiendas: los artistas suben allí sus trabajos y reciben
financiación directamente de los usuarios, ya sea por medio de una
cuota de suscripción o mediante donaciones. A los suscriptores se
les llama mecenas. No tienes que ser suscriptor para entrar a la
página de Red Succubus (simplemente pincha en el enlace y una vez
allí puedes acceder con tu cuenta de Facebook), ni para leer los
relatos (a menos que estén etiquetados como X), ni para ver la
ilustración principal (aunque sí para la segunda, que tiene
desnudos parciales, y para la tercera, que tiene desnudos completos).
Pero puedes hacerte mecenas por 1, 2 o 5 euros mensuales, que como
ves es una cantidad que te puedes permitir incluso en estos días
inciertos, y de esta forma tener acceso a los relatos y a las
ilustraciones subiditos de tono a la vez que ayudas a ThedezStudio a
seguir creando contenidos.
**Dani Expósito, como
sabes, es el autor de la portada de Laudaner. Cuando
se puso en contacto conmigo para proponerme formar parte de su
proyecto yo llevaba casi un año sin escribir en serio. Estaba
oxidada y no sabía si sería capaz de escribir algo que se ajustara
a los parámetros que me dio y que además estuviera a la altura.
Pero a Dani no puedo decirle que no, me hizo un regalo fantástico y
me siento en deuda con él. Me ha costado dos meses arrancar (primero
me frenaban mis propias dudas y después el avance del CoVid19, que
con la cuarentena tengo todo el tiempo del mundo para escribir, pero
a ver quién se inspira con el panorama que tenemos). Una vez
tecleado el primer párrafo, fue cuestión de dos tardes que el
relato se escribiera solo. Y, como todas esas historias que fluyen
con naturalidad y se escriben prácticamente solas, el resultado es
muy bueno. Así que vuelvo a estar en deuda con Dani, esta vez por
creer en mí y por esperar a que encontrara el valor para volver a
enfrentarme a la página en blanco y demostrarme a mí misma que
SíPuedo.
***Recuerda que esta
situación es temporal y que volveremos a pisar las calles, a
abrazarnos y a quejarnos de que el trabajo no nos deja tiempo para
dedicarnos a hacer esas cosas que nos gustan. Procura aprovechar el
que tenemos ahora, y no pierdas la esperanza. Pero sobre todo
#quédateencasa y mantente a salvo.
#QuédateEnCasaLeyendo