Terminada la última
corrección que tenía pendiente (y mientras espero a que me lleguen
las otras dos novelas que me he comprometido a corregir), me dispongo
a retomar la escritura de una historia que he llamado Z porque
todavía no le he dado un título definitivo. Pero antes de meterme
de lleno en esa historia que podría calificar de narrativa
contemporánea, metaficción y terror al mismo tiempo, tengo que
enfrentarme a un reto que llevo posponiendo mucho tiempo, demasiado
tiempo.
Nunca he tenido prisa por
publicar. Escribo por placer, escribo para contarme esas historias
que no encuentro en las librerías, escribo porque lo necesito tanto
como respirar. Escribo porque no puedo evitarlo, porque no sé hacer
otra cosa. Escribo sin darme cuenta, escribo de forma automática.
Del mismo modo que hay quien se entretiene dibujando en una
servilleta mientras toma un café y habla por teléfono, y sin
pretenderlo le sale una obra de arte, así me ocurre a mí cuando
tengo un bolígrafo en la mano. Durante la pausa para la comida en el
trabajo, en la sala de espera del dentista, mientras tomo café en
una terraza, el lugar es lo de menos, basta que tenga un boli y un
papel a mano para que eso a lo que llamo mi Musa tome el control y me
cuente una historia, o parte de ella.
Ocho novelas terminadas,
ocho novelas que han sido leídas por numerosas personas a lo largo
de los años, recibiendo siempre buenas críticas y ganándome
lectores que piden más, y aquí estoy, sin haber empezado mi
aventura en busca de editorial todavía. ¿Porque consideraba que
ninguna de esas novelas estaba a la altura? No, nada más lejos de la
realidad. Mis novelas están preparadas para ser mostradas al mundo;
era yo la que no lo estaba.
Extremadamente tímida.
Lo digo y la gente no se lo cree. ¡Pero si eres un sol! ¡Pero si
eres muy abierta! ¡Pero si eres encantadora! Claro, porque es muy
fácil ser yo misma con alguien que se ha atrevido a acercarse a mí
y ha dado el primer paso para iniciar una conversación o una
amistad. Pero si soy yo la que tiene que dar el primer paso... Ah,
ahí la cosa cambia, amigos. Siempre he sido esa chica que estaba en
un rincón, pasando desapercibida, mirándolo todo y escuchando sin
atreverme a participar en las conversaciones, aprendiendo a medias,
porque uno no puede aprender de verdad si se limita a ver y a
escuchar y nunca pregunta. Vale, hasta hace un par de años tampoco
es que tuviera a quién preguntarle, no es que abunden los círculos
literarios en los lugares por los que me he movido. Ahora, sin
embargo, conozco a muchos escritores, algunos noveles, otros con sus
novelas ya publicadas, muchos de ellos, la mayoría, buenas personas
que están dispuestas a compartir sus experiencias y a ayudar a otros
compañeros de letras.
Y yo sigo sin atreverme a
preguntar y a pedir consejo.
Pero ¡mira tú por
dónde! que, sin buscarlo, uno encuentra a veces. Y aparece alguien
que lee lo que escribes y te pide más, y lee una de tus novelas
terminadas y le encanta, y te anima a que des el salto. Y te habla de
Amazon; y las posibilidades que Amazon le ofrece a una persona que,
por exceso de timidez, se ve incapaz de imaginarse a sí misma en la
presentación de su primera novela, te hacen plantearte elegir ese
camino. Y aparece alguien más que, agradecido por la ayuda que le
has prestado al corregir su novela sin cobrarle, y guiado por el
afecto y por la amistad que os une desde hace ya dos años, decide
ponerse a trabajar en una portada que más tarde te regala, mira, ya
tienes portada para subir tu novela a Amazon, y te da un empujoncito,
y un aliciente. Porque una es tímida, pero no es desagradecida. Y
guardar esa portada como un tesoro y no enseñársela jamás a nadie
sería la peor muestra de agradecimiento que podría darle a esa
persona que ha dedicado tantas horas a hacer algo para mí, horas que
le ha robado a su propio trabajo, para que yo pudiera mostrar por fin
el mío. Y luego aparece otra persona que, también por
agradecimiento y por amistad, se ofrece a ayudarte con la
maquetación. Porque una es un hacha encontrando errores
ortotipográficos y argumentales, pero de edición y maquetación no
tiene ni idea. Y de pronto te encuentras con un archivo preparado
para ser subido a Amazon. Y con un buen puñado de personas, amigos,
lectores y compañeros de letras, que te dicen que no tengas miedo, y
decides atreverte a saltar.
¿Por qué autopublicar
en Amazon? ¿Por qué, sin haber probado primero el camino
tradicional? ¿Por qué no esperar un poco más, tratar de buscarle
editorial a esa novela? ¿Me han entrado las prisas de pronto?
¿Después de treinta años escribiendo, después de veinte esperando
el momento? No, no son prisas. Más bien se trata de un reto
personal.
Sigo siendo demasiado
tímida. Aunque este año he empezado a dar los primeros pasitos
hacia mi, digamos, curación. En junio me enfrenté a uno de mis
miedos y me atreví a salir de esta ciudad por primera vez en diez
años. Me atreví a subirme a un tren y me planté en Madrid, la
ciudad que me vio nacer y a la que no había vuelto desde que me
mudé. Me atreví a salir de casa, a conocer en persona a dos de mis
mejores amigos de Facebook, visité la Feria del Libro por primera
vez, paseé entre una multitud sin dejarme acobardar por la sensación de claustrofobia, me atreví a
acercarme a la caseta de dos escritores a los que deseaba conocer y a
pedirles un autógrafo. ¡Y fue uno de los mejores días de mi vida!
Abandonar mi encierro
voluntario ha sido una de las mejores decisiones que he tomado, y fue
el primer paso de mi «aventura literaria». Dentro de unas semanas
pretendo visitar la Expocon de Zaragoza. Estoy muerta de miedo, voy a
conocer a muchos buenos escritores que no saben que soy una de ellos.
Pero la sola idea de ir me llena de entusiasmo. Si consigo superar mi
timidez ese día, estaré más cerca de mi meta.
Pero aún falta un largo
camino para que pierda toda mi timidez y me atreva a hablar en
público. Y aunque mis jefes me han sugerido que podría utilizar su
local para presentar mi novela, y sé que muchos de los clientes del
restaurante irían a la presentación, no me siento preparada para
hablar de mí y de mi trabajo delante de un montón de gente, todavía
no.
Sin embargo, hay lectores
que me están pidiendo una novela en papel. Y Amazon me da la
oportunidad de publicar en papel al tiempo que en digital. De este
modo, podría complacer a los lectores que me animan a dar el salto,
y me ahorro el mal trago de mi primera presentación, para la que no
estoy preparada.
Mi meta no es publicar a
toda costa. No te equivoques. Mi propósito es ir dándome a conocer
como escritora poco a poco, mientras como persona me enfrento a mis
dudas y a mis temores idiotas, para que, cuando llegue el momento de
buscarle una buena editorial a Z o a Thèramon, ninguna excusa nacida
del miedo me detenga. ¿Amazon va a ayudarme a abrirle el camino a
Thèramon, o a Z? No lo sé, la verdad. Pero tengo que empezar por
algún lado. Si «voy a ser leyenda», tengo que dar el primer paso.
Los sueños no se cumplen solos.
Así que he tomado mi
decisión. Y si mi portadista se anima a ayudarme con la
contraportada, publicaré mi primera novela en Amazon antes de que
acabe el año. De momento, acabadas las correcciones, mi primer reto
es trabajar en una sinopsis de menos de diez líneas (y es un reto
muy difícil, ya sabes que resumir es mi asignatura pendiente). Pero
sigo sin tener prisa. Sé que el momento se acerca. El momento de
empezar a ver mis sueños cumplidos. Ahora mismo, eso es suficiente
para mí.
Me alegra mucho que des el paso, ¡claro que sí! ¿Por qué no? Hay que lanzarse a la aventura, y muchas aventuras interesantes nos esperan en el horizonte.
ResponderEliminar¿Cuál es la novela de la autora Bea Megaña que va a ver la luz primero? Me muero de curiosidad.
No sabes la ilusión que me hace.
P.D. Voy a comentar como anónimo y creo que ahora podré poner mi nombre. Si no es así, soy Sergio S Azor ;)
Pues es la novela que va a destruir mi reputación como escritora de fantasía épica... jajaja!!!
EliminarPero tiene su público, y es muy especial para mí.
La verdad es que estoy más emocionada de lo que pensaba, Sergio.
Y saber que hay tantos compañeros que me apoyan en esta aventura me da valor para lanzarme.
Un abrazo, hermano de mundos!!
Ah no me pedía el nombre... Bueno, pero sabes quién soy. Es que iba rápido (estoy con el tiempo que me escasea) y por no loguearme lo he hecho así.
ResponderEliminarapachurre enorme!!! PAra lo que necesites de promoción y demás, te ayudaré ^_^
ResponderEliminarToda ayuda será bien recibida, Jack.
EliminarY aunque me he propuesto ponerme en serio a escribir, nuestro trato sigue en pie. Z saldrá por sí sola o no saldrá, pero detenerme un par de días para corregir no va a hacer que mi Musa se vaya a ninguna parte ;)
Un besote!!
¡UN SALTO EN TODA REGLA! Pero no temas, Bea, la caída será mullida y un día te levantarás y te darás cuenta de la maravillosa decisión que has tomado. Ya sabes que me tienes aquí para lo que necesites. ¡Un beso! Y mil millones de suerte. :-)
ResponderEliminarMi Pat, ¿recuerdas cuando estabas planteándote dar ese salto? ¿Recuerdas que hicimos un "trato"? Ese día saqué cierta novela del cajón y empecé a tomar la decisión... Entonces no estaba preparada, pero tú me diste el primer empujoncito. Y salí de la Oscuridad, Pat, y me he estado preparando desde entonces. Tu valor, tu energía y tu optimismo me han traído hasta aquí. Mil millones de gracias!!
EliminarBesos 8)
Qué ganas de ver a esta linda tortuguita dar sus primeros pasos. Me alegra mucho saber que al fin vas a abrir esa puerta. Mucho ánimo y ya sabes que estoy para lo que precises.
ResponderEliminarTus obras merecen ser reconocidas como los tesoros que son. Muchos besos