lunes, 31 de marzo de 2014

Reflexiones a la salida de la librería


Por motivos que no voy a explicarte (pues no vienen al caso, y no tengo tiempo de extenderme mucho) esta tarde he tenido que salir a la calle, algo que no hago a menudo, dado que las multitudes y los escaparates me provocan dolor de cabeza. El caso es que, ya que estaba fuera, he aprovechado para visitar la Caselles, la librería más grande que conozco. Ignoro si hay otra tan grande en Lleida, ésa es a la que yo voy siempre. Y como pasó mi cumpleaños sin haber podido ir a comprarme el regalo que quería (libros, siempre me regalo libros), hoy he ido a buscarlos.

No sé por qué sigo yendo a esa librería. Cada vez que la visito me vuelvo a casa decepcionada y de mala hostia. La "sección" dedicada a la literatura de género son dos estanterías minúsculas colocadas una frente a la otra en mitad de la tienda, con tres baldas cada una, en las que caben unos cien libros apretujados con el lomo visible (así que si vas buscando una portada, te jodes y te lees todos los títulos hasta encontrar —o no— el que vas buscando); a la izquierda encuentras fantasía épica (una balda entera para Tolkien y más Tolkien mezclado con otros autores, ninguno español, en las otras dos), a la derecha encuentras a Asimov (y ésa es toda la ci-fi que hay) mezclado con el terror, y El libro de los Portales de Laura Gallego, que no sé por qué estaba en el lado equivocado. Entre ambas apenas hay espacio para que el lector meta medio cuerpo (sólo la cabeza si tiene que agacharse para buscar en las dos baldas inferiores). Si vas buscando terror nacional, ya te digo que mejor ni te des el paseo. Como mucho vas a encontrar un ejemplar de Apocalipsis Z de Loureiro, un ejemplar de Los Caminantes de Sisí, y un ejemplar de El arte sombrío de Garduño (y yo ya los tengo los tres, así que me he marchado con mi decepción y mi mala hostia y un ejemplar de la Guerra Mundial Z de Brooks que estaba a muy buen precio, para justificar la caminata que me he dado).

¿Es culpa de la librería, que no apuesta por el producto nacional, o de las editoriales, que no mueven el producto nacional?

No sé, pero me ha dado por pensar. Ya sabes que estoy escribiendo una novela de terror (a la que por el momento llamo Z, aunque ése no es su título) y que mi intención es moverla y darle una oportunidad, para subirla a Amazon siempre tengo tiempo. Pero después de mi visita a la Caselles, empiezo a creer que buscarle una editorial a mi Z no va a hacer que llegue a más gente. Al menos los leridanos que han querido tener un ejemplar físico de El chico perfecto no sabe bailar el twist han podido conseguirlo vía Internet. Si no voy a ver mis novelas en la librería más grande de mi ciudad, ¿de qué me sirve publicarlas en papel por el modo tradicional?

Ya sé que hay mucha gente que piensa que la autopublicación es el camino fácil que muchos juntaletras con ínfulas de escritor eligen porque ninguna editorial quiere apostar por ellos. Yo soy la primera en decir que el ochenta por ciento de los títulos que tengo en mi Kindle no tienen la calidad suficiente, o sus autores no se han molestado en cuidar su trabajo (sabes que siempre me quejo de la falta de profesionalidad, de los textos sin corregir, de los argumentos trillados o inverosímiles), pero también digo que gracias a Amazon he descubierto mucho talento; y también te he dicho más de una vez que en mi estantería hay muchas novelas que se han publicado bajo el sello de una editorial y que están llenas de erratas, lo cual me jode doblemente, porque parece que no sólo algunos autores tienen problemas a la hora de entregar un texto bien trabajado, sino que las propias editoriales no se toman en serio su trabajo a la hora de corregir y maquetar.

Opino que la autopublicación no es el camino fácil, sino otro camino que los escritores podemos decidir tomar. Y me gustaría que mis novelas llevaran el sello de una editorial, claro que sí, pero sobre todo deseo que mis novelas lleguen a mucha gente, aunque me lleve tiempo porque la publicidad me la tenga que currar yo en las redes sociales o gracias a la calidad de mi trabajo, que es lo que provoca que se inicie el boca a boca y los lectores satisfechos recomienden una novela a sus conocidos.

Yo no sé nada de cómo funciona el mundo editorial. Lo mío es escribir. Lo hago lo mejor que sé, y lo hago bien. Soy pésima para el marketing. Y no obstante, la primera novela que he publicado (sí, mediante Amazon, por un montón de motivos que ya te expliqué en su día) se está vendiendo, se está leyendo y está recibiendo opiniones fabulosas. ¿Realmente necesito el respaldo de una editorial que no va a mover mis novelas sólo por poder decir que tal editorial me ha elegido a mí, entre miles de escritores noveles, si luego voy a enviar a mis lectores a la librería más grande de mi ciudad a buscar un ejemplar que no van a encontrar y al final van a tener que recurrir a Internet para poder comprarla?

lunes, 10 de marzo de 2014

Una reseña, una entrevista y dos anuncios



Hace días que quiero venir a contarte novedades, pero como de costumbre el tiempo corre en mi contra. Luego me pasa lo de siempre, que te traigo noticias de sopetón y sin haberte ido anunciando nada, como cuando me decidí a subir El chico perfecto no sabe bailar el twist a amazon, que fue una decisión tomada en un impulso y se hizo realidad de la noche a la mañana. Soy muy mala haciendo publicidad. Pero no es mi estilo hablar de futuros proyectos mientras trabajo en cosas que no acaban de concretarse. No es que tema que si hablo de ellos se vayan a gafar, nada de eso; a veces no puedo adelantar nada porque ni yo misma sé qué voy a hacer; otras veces no puedo anunciar ciertas cosas porque éstas deben permanecer en secreto hasta que me den permiso para hacer el anuncio; y en ocasiones (la mayoría) no digo ni mu porque estoy metida en tantos proyectos que no me da el tiempo para más, y ni actualizo los blogs, ni asomo por las redes sociales, ni respondo a los comentarios que me vas dejando. Días de treinta horas no me bastarían para ponerme al día con todo, ¡uf!

Así que voy a ser breve (a ver si lo consigo).

El año pasado, después de mi visita a la Expocon de Zaragoza, recibí una invitación de un compañero de letras para participar en una antología de relatos. ¡Me hizo muchísima ilusión! Porque era la primera vez que alguien me invitaba a formar parte de un proyecto literario como escritora, pero sobre todo porque estaba recuperándome de una muy mala época personal y apenas empezaba a superar el bloqueo, y que alguien confiara en mí, sabiendo que aún me costaba escribir, y que el relato siempre ha sido mi asignatura pendiente, significaba mucho para mí. Obviamente, acepté. Éste es el primer anuncio. Prometo contarte más en cuanto pueda.

Hace dos semanas, mientras le daba los últimos retoques a ese relato para entregarlo a tiempo, y después de haber sido capaz de escribir varios microrrelatos de los que me siento muy orgullosa (porque si resumir me cuesta, imagina mi satisfacción al ver que soy capaz de contar una historia en cien, doscientas o trescientas palabras), recibí una segunda invitación, aunque más bien debería decir desafío: esta vez se trataba de escribir un relato y corregir quince en siete días. Acepté, desde luego, corregir no era un problema, y el relato salió de un tirón en una tarde; y fue curioso, porque llevaba dos días dándole vueltas a una idea en la cabeza, pero no encontraba el tono para contarla, y fue ver la portada del libro y tener una epifanía. Después de haber corregido todos los relatos puedo decir que me siento muy orgullosa de formar parte de este proyecto del que prometo contarte más en cuanto pueda; de momento puedo adelantarte que hemos hecho un gran trabajo, con mucha calidad literaria, mucha mala leche, mucho humor negro, que la portada, el tema elegido y los relatos van a dar mucho que hablar... ¡¡¡y que mi relato ha sido el elegido para abrir la antología!!!

Esta semana ha salido una nueva reseña de El chico perfecto no sabe bailar el twist. En esta ocasión de la pluma de Raquel Campos, que ha dejado su opinión: “Esta novela me ha dejado maravillada”, en su blog (enlace). Te invito a leerla, pues de nuevo mi chico sale bien parado, y sé que te alegras cuando me pasan cosas buenas, por eso las comparto contigo.

Por último, te dejo una divertida e interesante entrevista que mi admirada y querida Antonia Romero me hizo para su blog (enlace). Fue un honor y un reto responder a sus preguntas. Espero que disfrutes de las respuestas.

Pronto más noticias. Ahora te dejo, que tengo que seguir trabajando. Y te alegrarás de que lo haga. Éste va a ser un buen año, ya lo verás. 8)