Hace cinco años, cuando
el miedo escénico me llevó a decidirme por la autopublicación, mi
novela consiguió algo que muy pocas logran en su primer día: se
coló dentro del top cien de más vendidos de Amazon, y para celebrar
la hazaña escribí una entrada para este blog que titulé Conseguir
lo imposible.
En aquel momento,
emocionada y optimista como hacía años que no me sentía, escribí
una frase que pocos meses después resultaría más que cierta:
«Conseguir lo imposible una vez te lleva a creer que no hay nada que
no puedas lograr». En enero del año siguiente, esa novela fue
nominada por una web de literatura romántica al premio a mejor
novela romántica juvenil autopublicada, y contra todo pronóstico
ganó dicho premio. Digo contra todo pronóstico porque, seamos
realistas, en ese momento yo no era lo que se dice una autora
conocida, mi novela llevaba apenas cuatro meses a la venta y ni
siquiera conocía a las administradoras de la página web que
organizaba aquel premio, así que era poco menos que imposible que
los lectores de dicha página fueran a votar por mi novela, que
competía con otras cuatro de autoras que ya tenían varios trabajos
publicados y cuyos nombres sonaban con fuerza dentro de la literatura
romántica. Pero, como siempre digo, si hiciera las cosas como los
demás no sería yo, y además yo Voy a Ser Leyenda (jajaja).
Bien, pues he vuelto a
hacerlo. He vuelto a conseguir lo imposible. Y he venido a
contártelo, porque sé que, aunque no dejas huella de tu paso,
vienes a leerme (o es que el contador de visitas miente) y que te
alegras cuando te doy buenas noticias.
Llevo semanas hablándote
de Laudaner. Te he contado el porqué del título, te he hablado de
la editorial que quiso publicarlo, del ilustrador que realizó la
magnífica portada que me tiene robado el corazón, te he mostrado la
sinopsis y te he invitado a la presentación, que tuvo lugar hace hoy
una semana. Así que a estas alturas ya sabes que Laudaner se puso a
la venta el 13 de enero en la web de maLuma, y que se presentó al
público en Lérida el 23 de enero. No sé cuántos ejemplares se
vendieron durante esos primeros diez días, tengo constancia de al
menos tres pedidos, pero ignoro si hubo alguno más.
Para la presentación se
iban a dedicar cincuenta. Y en un principio podrían parecer
demasiados, porque, seamos realistas, presentar un libro en una
ciudad pequeña como Lérida a las seis y media de la tarde en un
barrio que no destaca por su gran actividad, siendo una autora
desconocida y sin haber haber anunciado el evento en los periódicos
locales, sin más anuncios que una entrada en mi blog (que tiene
lectores de muchas ciudades entre las que no creo que se cuente esta
en la que vivo), un par de posts en mi perfil de Facebook (que leen
muchas personas de muchas ciudades pero no demasiadas de esta en la
que vivo) y un cartelito colocado en la barra del restaurante en el
que trabajo, no parecía un evento destinado a tener éxito.
Pero, qué demonios, la
gente que frecuenta el restaurante se mostró bastante interesada
(además de muy sorprendida, pues casi nadie sabía que cuando me
quito el uniforme me dedico a escribir historias), y animada por su
reacción le pedí a Lupe (de las dos editoras de maLuma fue la que
vendría a presentarme) que trajera alguno más, por si acaso acudían
todos los que habían dicho que intentarían pasarse por el Centro
Cívico aunque fuera a última hora. Lupe trajo sesenta y seis
hermosos Laudaner.
Pues bien, contra todo
pronóstico la presentación fue un éxito, acudieron unas cuarenta
personas, y las que no pudieron asistir por diversos motivos (el
horario fue el principal, pero hubo despistes, cambios de turno
inesperados, peques que se pusieron malitos) se llevaron su ejemplar
firmado a lo largo de los dos días siguientes.
Para el 26 de enero,
todos los ejemplares de Laudaner que Lupe trajo se habían agotado.
Pero lo mejor de todo es que los que la propia editorial tenía para
vender a través de la página web también se habían agotado. Así
que de nuevo he conseguido lo imposible, siendo como soy una autora
desconocida, que es vender una primera tirada de cien ejemplares en
menos de dos semanas. Yeah, Voy a ser leyenda, sí (je).
La editorial ha encargado
una segunda tirada, creo que esta vez de doscientos ejemplares (la
primera edición es de trescientos), y ahora el reto está en agotar
la primera edición en un mes. ¿Lo conseguiremos? Pues voy a ser
optimista, tú. De momento varios amigos de fuera han encargado su
ejemplar a través de la web, y en el restaurante siguen pidiéndome
más. Podría ser que volviera a conseguir lo imposible ;)
En breve te traeré una
No-Crónica de la presentación. Todavía estoy demasiado
conmocionada, abrumada, eufórica y acelerada para escribir más de
dos páginas con coherencia. Pero te dejo esta foto como prueba de que fue, más que un éxito, una tarde fantástica que no voy a olvidar mientras viva.