Hace unas semanas te
hablé de mi nueva aventura literaria. Te expliqué el origen de la
palabra laudaner y su significado. Te dije que el libro, aunque no
era una de las Historias de Thèramon que muchos esperan, está
relacionado con mi mundo fantástico. Después vine a contarte cómo,
antes incluso de decidir si lo publicaría de forma tradicional o lo
subiría a Amazon como hice con mi primera novela, una editorial se
interesó por el proyecto y me pidió el manuscrito. Tras anunciar la
fecha de la presentación (23 de enero de 2019 en Lleida, en cuanto
sepa el lugar y la hora te lo haré saber) solamente resta mostrarte
la portada y hablarte un poco del argumento.
Pero antes de enseñarte
la imagen que me tiene enamorada quiero contarte una historia
preciosa que habla de generosidad, de compañerismo, de amistad y de
agradecimiento. Porque soy una laudaner, y eso es lo que hago:
narrar, recitar, cantar y contar historias.
Y porque el ilustrador
que ha hecho la portada merece tanto como la editorial que le dedique
una entrada.
Le conocí en 2013,
durante mi visita a la Expocon de Zaragoza, aunque creo recordar que
en aquella ocasión no llegamos a hablar. En aquella época yo
todavía era esa chica extremadamente tímida que no se atrevía a
saludar a casi nadie aunque casi todos los presentes eran contactos
míos en Facebook. De hecho, fue en esa red social donde cruzamos las
primeras palabras, a raíz de una portada que había hecho y sobre la
cual animó a sus contactos a especular, a intentar adivinar de qué
trataba el libro que había ilustrado. Yo me animé a buscar la
respuesta en aquella imagen y gracias a mis deducciones gané un
ejemplar de dicho libro. Y fue mirando aquella portada cuando me
enamoré de su talento y empecé a fantasear con la idea de tener una
portada suya para una de mis novelas.
El libro en cuestión se
titulaba Zona Catastrófica y lo firmaba Antonio Sánchez Vázquez,
al que en este blog siempre llamo Mellizo. Y fue tras haberlo ganado
que Mellizo me propuso participar en una antología que él
coordinaba y cuya portada puedes ver en algún lugar a la derecha.
Portada que, de nuevo, era obra del que ya se había convertido en mi
ilustrador favorito. Bueno, no era mi sueño, porque compartía libro
con otros catorce o quince autores, pero era lo más parecido que
podía obtener, dado que no había novela terminada que precisara una
portada. La antología se tituló Family Nightmares. Y aunque esta
entrada está dedicada al ilustrador, menciono a Mellizo porque tiene
gran parte de la culpa (o del mérito) de que Laudaner exista.
Te he contado en alguna
ocasión que tras la Expocon me convertí en la correctora de la
Pastilla Roja ediciones. También, que presenté relatos a varias
convocatorias y que aparezco en cinco de ellas como autora. La
primera en la que participé se titulaba Santa Wiik, y en un
principio llevaba una portada de este genial artista. Esa imagen fue
la que inspiró mi relato.
Presentamos Family
Nightmares en la librería Gigamesh (Barcelona) en junio de 2014,
estuvimos un puñado de autores y el ilustrador. Esta vez sí me
atreví a hablar con él (fue a recogernos a la estación a Athman y
a mí y pasamos la mañana juntos), pero creo que no llegué a
decirle que estaba escribiendo una novela de terror y que soñaba con
que él hiciera la portada.
Ese mismo año viajé a
Fuenlabrada (Madrid) para participar en una charla como miembro de la
Pastilla Roja, y allí volvimos a coincidir. No sé si se lo dije
entonces. Puede que no. Al fin y al cabo, mi novela seguía
inconclusa.
Pero en algún momento me
animé a escribirle un mensaje y llegamos a un acuerdo. Al final,
como tardé en terminar la novela y a él le llovían las ofertas de
trabajo, la cosa quedó en un «búscame dentro de un tiempo». Y
como esa novela sigue en el cajón por varios motivos (personales, no
literarios), mi sueño seguía sin cumplirse. Aunque nunca olvidado.
Soy obstinada y quiero una portada suya sí o sí. Me da igual cuánto
tiempo tenga que esperar.
Y mira tú por dónde,
que el día que anuncio que publico Laudaner en enero recibo un
mensaje suyo. Que felicidades por tu próxima publicación, que si
sale con editorial o autopublicado, que si ya tienes portada. Y
cuando le digo que no, pero que la editorial me da carta blanca para
hacer una, aunque yo de hacer portadas no tengo ni idea, su respuesta
es: «Si hiciera falta, tienes portada». Porque tenemos un trato,
porque cuando ayudas te ayudan, porque le hace ilusión acompañarme
en esta aventura. «Tú pide».
Y el grito de alegría
que di se debió oír en mi pueblo, que queda a cuatrocientos
kilómetros de donde vivo. Porque tener una portada obra de Daniel
Exposito es un lujazo, y es un sueño cumplido, y el mejor regalo de
cumpleaños por adelantado que nadie me haya hecho jamás.
Para que veas que no
exagero, voy a dirigirte a su portafolios. Pincha aquí y verás su
trabajo. Después vuelve y dime que lo que has visto no te ha dejado
con la boca abierta y que no te ha puesto los pelitos de punta. Ya.
Sabía que te iba a encantar.
Después de preguntarme
de qué trata Laudaner, Daniel me preguntó si tenía alguna idea
para la portada. Lo cierto es que sí la tenía, una bastante
sencilla pero que para mí representaba muy bien la esencia de mi
libro. Algo como esto:
Sin embargo, no le mostré
la foto que había tomado dos años atrás y que por ser de mala
calidad no servía a la hora de hacer la portada yo misma (de que una
amiga que hace sus propias portadas me la hiciera, quiero decir). Lo
que hice fue enviarle un relato titulado Laudaner por si le servía
de inspiración y decirle que lo dejaba a su elección. Confiaba
plenamente en él. Le gustó el relato y probó un par de cositas,
pero no le convencieron. Demasiados elementos, demasiado recargado.
Al final se decidió por una imagen sencilla, elegante e impactante.
Y cuando me la enseñó supe que el destino existe:
¿Dirías que acertó de
pleno? Porque cuando la vi pensé que me había leído el
pensamiento. Era mi idea, pero bien hecha, muy elegante, ¡joder,
preciosa! Y me enamoré al instante. Se la enseñé a tres amigos
(mis lectores cero) y dijeron que les encantaba. Se la enseñé a
Lupe y me dijo que le encantaba.
Ya sé que no eres de
dejar comentarios, ni yo de responderlos, pero me gustaría que por
una vez hicieras una excepción y me dijeras si te gusta tanto como a
nosotros. Y, de paso, que le des un Like a la página de Daniel
Exposito en Facebook, porque así podrás seguir disfrutando de su
trabajo y de su talento.
En la próxima entrada te
enseñaré la sinopsis. Que sí, que al final he sido capaz de
resumir mi trabajo en un par o tres de párrafos. Ya sabes que,
cuando me lo propongo, soy capaz de *Hacer
Que Suceda*
Me encanta. Gran trabajo de mi tocayo para una gran historia de mi Omega :)
ResponderEliminarPues me gusta mucho la portada. Preciosa. Felicidades a Daniel por su trabajo. Y, por supuesto también a ti. Deseando estoy de leerla
ResponderEliminarEs una portada muy bonita Muy buen trabajo 👏
ResponderEliminarYa sabes lo que pienso. Me encanta. A por todas, dragona!
ResponderEliminarPreciosa y digna de una historia como Laudaner. 😍
ResponderEliminarEs muy tú 👏👏👏
ResponderEliminarMe encanta y muero de ganas de leerlo, la portada es divina.
ResponderEliminarTe lo mereces a por todas hermosa dragona 😘😘👏👏
La portada es superchula!!! Ademas, es muy Bea!! Ideal!!
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